“Un padre no es el que da la vida, eso sería demasiado fácil, un padre es el que da el amor.” Denis Lord
Todos los papás son inolvidables. Algunos serán inolvidables porque no tuvieron el valor de asumir su responsabilidad y no le dieron su apellido al hijo, es decir su presencia, responsabilidad, amor.
Otros padres son inolvidables porque estando presentes causaron un gran dolor en los hijos, dejando heridas profundas que los hijos logran superar con muchas dificultades, después de llevar un proceso largo y doloroso.
Otros más lo son porque dieron a sus hijos todo lo que ellos no tuvieron, buscaron complacerlos en sus gustos y no les pusieron límites. Estos hijos al no tener límites no pudieron seguir un camino hacia la madurez, y se convirtieron en un problema para sus seres queridos y para la sociedad.
Algunos más (quizá pocos) son esos padres presentes y con el deseo de forjar a sus hijos en el amor a Dios, en el orden, el bien, la verdad. Estos a pesar de no tener siempre las herramientas de preparación académica lograron imprimir en sus hijos esa certeza de ser amados, aceptados, valorados, y desde esta certeza los hijos pueden amar, aceptar y valorar a las demás personas.
¿Este tipo de padres puede cometer errores? sí. Por ser personas perfectibles. Pero van por la vida procurando de forma consciente y con gran voluntad ser cada día mejores.
El único Padre que es perfecto es Dios y tal vez a pesar de ser perfecto y el mejor de los Padres es olvidado, para algunos entra en la categoría del más inolvidable y para otros es el más olvidable. Y no es que los que olvidan a Dios duden de su existencia, sino que se olvidan de que Dios es Padre.
Aquellos padres que ven a Dios como inolvidable, y escuchan su Palabra, buscan poner en práctica estas palabras, “Sed perfectos como mi padre celestial es perfecto”. Estos padres no sienten este mandato como carga sino como una liberación que los llena de gozo, felicidad, paz constante a pesar de momentos de prueba y dificultad.
Jesús con su vida nos muestra el rostro del Padre. Ese Padre que es bondad, amor, misericordia, comprensión, ternura, sabiduría, justicia, perfección. Al Padre que es la Verdad misma, es decir no miente, es inmutable, no cambia su afecto a pesar del comportamiento del hijo, no se mueve por caprichos o estados de ánimo, es un Padre que exhorta a vivir los límites, dando una normas para regir nuestra vida en la felicidad y plenitud.
Algunos padres de familia tienen en mayor o en menor grado algunas pinceladas de las características de Dios Padre, y eso es lo que los hace ser realmente mejores.
Algunos puntos a considerar para ser un padre inolvidable:
Agradecer a Dios cuando nos regala un padre así. Y si no se tiene esa suerte buscar ser ese padre para nuestros hijos, a imitación de nuestro Padre del cielo.
Que maravilla cuando nuestro padre de la tierra, nos ayuda a amar profundamente al Padre del cielo. Cuando se puede decir: “Si amo entrañablemente a mi padre de la tierra y el del cielo es mucho mejor que este ¿cómo será ese amor de Dios Padre? “.